lunes, febrero 26, 2007

UN AÑO MÁS


Fotograma 50:

"Esperando que el viejo se vaya"

Tal cual. Son las 15:30 hrs del 31 de diciembre y ya todos estamos ansiosos porque el año viejo se vaya pronto para dar inicio a los festejos propios del venidero. Me paseo por la baranda del mirador de calle Portales en el cerro Barón. Mucha gente está apostada allí desde muy temprano.

No hay mucho que hacer salvo observar el paisaje, jugar naipes o simplemente esperar durmiendo siesta la llegada de las 12. Pitillas y cordeles sirven para demarcar los espacios que cada familia foránea ocupará para recibir al 2007. Muchos duermen con un ojo abierto para cuidar sus cosas de los posibles aprovechamientos de algunos más pillos.

Más autos de lo habitual transitan por las colapsadas calles de mi cerro, desacostumbrado a los cuidadores y a los oportunistas propios del centro, pero el año nuevo no perdona y donde hay gente, habrá vendedores. Me paseo por los alrededores. Me ven con mi cámara y me preguntan si vengo de alguna revista o diario.

"Son para mi colección personal", respondo entusiasmado. Me piden que les tome un par de fotos y se las envíe por mail como recuerdo de aquella calurosa jornada. Accedo. No es primera vez que lo hago. "Gracias" me dicen, "... y Feliz Año Nuevo adelantado", igualmente les digo.

Son raras estas fiestas, pero me gustan. La buena onda se huele en el aire, se siente en la piel. Nadie parece enojarse por nada ... y nuestras calles, invadidas por extraños a la espera de descorchar una champaña para festejar como en el living de su casa. Si hasta mesita y velas han instalado en el mirador. Surreal, por decirlo menos.

martes, febrero 20, 2007

COLORES


Fotograma 49:

"Caminante no hay camino"

Día de sol. Un gran círculo colgado del cielo me dice que se trata de una calurosa tarde de verano que cada vez se torna más anaranjada. Ideal para un paseo, si es acompañado mejor. El mar se encarga de musicalizar el momento y el viento de poner la frescura necesaria para no sucumbir de calor.

La playa comienza a quedar vacía y se torna ideal para sentarse a contemplar la zambullida del sol en el fondo del mar, cual fósforo es sumergido en agua para apagarle rápidamente. Muchas parejas transitan los arenosos parajes en busca de tranquilidad, reflexión y un poco de intimidad.

Fotográficamente esta tranquilidad se puede plasmar sobre papel dado los colores que produce este momento. Son muy cálidos y abrigadores, similares a una invitación para disfrutar de un chocolate caliente junto a la chimenea en un día lluvioso.

Los colores son cruciales en fotografía. Imprimen la esencia de un momento, le dan sentimiento a un trozo inanimado de papel y le otorgan un cariz que sólo puede ser traducido por los ojos de quién le contempla. Un claro ejemplo es la fotografía en blanco y negro, utilizada principalmente para desnudos y fotografía social. Pueden realizarse en color, pero definitivamente el resultado no será el mismo.

Una sencilla prueba: Traten de hacer una fotografía de un mismo elemento en ambos formatos. Si anotan lo que les produce cada una, seguramente habrá diferencia notorias. Es esto, creo, una de las cosas que hace a una fotografía una pieza de arte: Saber elegir el cómo y con qué elementos intervenir una situación determinada, pero lo que creo aún más importante, en el momento de su concepción, no en su postproducción.

domingo, febrero 11, 2007

BLUES DE LA CÁRCEL


Fotograma 48:

"Encierro"

Qué lata es estar encerrado. Privado de lo más preciado que puede tener una persona: Su libertad. Tener plena potestad sobre nuestras decisiones y determinaciones, poder movernos y transitar libremente por las calles de nuestra voluntad, sin represiones.

Claramente esta condición, más allá de generar muchas satisfacciones personales, también conlleva responsabilidades. Y definitivamente hay gente a las que les cuesta mucho manejarlas y sobrellevarlas. Algunos son egoístas, por ejemplo. Usan esta facultad para abrirse paso entre la muchedumbre y reducir a las personas a utensilios desechables.

Otros la usan de manera invasiva para dañar a terceros, y así como estos, ejemplo hay muchos. Me molesta la irresponsabilidad. Más aún si es autoinfringida y autootorgada, a manera de justificar una falta de voluntad y preocupación por los demás. En estos casos, la lotería siempre tiene un único ganador, y para mal de males, siempre es el mismo.

Otro de los encierros que me llaman la atención es el visual. Me refiero al de la autoevaluación o autocrítica o como se le llame. El de vivir y pasar por situaciones que por la incapacidad de dejar este encierro y obsecación, nada te dejan por enseñanza. No sintetizas las horas vividas ni mucho menos metabolizas sus experiencias. Todo pasa directo al tacho de la basura.

Algunos le llaman tropezar con la misma piedra, pero lo que al parecer sucede que son muy pocos los encierros que nos dejan entrever una luz de cambio real para con nosotros mismos. Lamentablemente hay unos que duran toda la vida, y no precisamente tras unos barrotes ni cercado con púas.