martes, junio 20, 2006

EL VALLE DE LA LUNA


Fotograma 14:

"Recorriendo el borde"

Qué chiquititos nos vemos dentro del cuadro de la naturaleza. Pusilánimes, quizás. Hallarse sumergido dentro de la inmensidad de estos verdaderos monumentos de roca, moldeados por el aire y por los años, podría intimidad hasta al más elevado de los egos.

El Valle de la Luna es especial. Kilómetros y kilómetros de terrenos aparentemente baldíos, se presentan como un entrevesado collage natural de rocas esculpidas por el sutil y paciente cincel del dios eolo. Tiempo le sobra. Es más, nadie parece apurarle porque el tiempo en este lugar simplemente no pagó su tíquet de entrada.

La arena y las dunas también constituyen un importante ingrediente de este verdadero manjar para los sentidos. Los más deportistas las vivirán a manera de sandboard, los más reposados simplemente caminarán a través de los arenosos montes. Si son afortunados llegarán a tiempo para contemplar el momento más importante del día en este lugar: el atardecer.

No crean que lo digo a título personal. Dado el tono e inclinación de la luz en el ocaso, las texturas invisibles hasta ese entonces en el monumental anfiteatro, y en las tres marías son reveladas de la nada. El momento es efímero, pero lo suficientemente largo para eternizarlo en tus recuerdos.

Si tienen la suerte de ir, traten de hacerlo en bicicleta. El recorrido se vuelve más intimo y menos agotador que a pie. Por supuesto, nuestra cámara nos acompañará pues, ciertamente no es un lugar al que vas todos los días.

Retomando las primeras palabras de este post, frente a la naturaleza somos sólo personas. Más altas unas, más bajas otras, pero personas al fin y al cabo. De alguna manera, el contraste generado por la inmensidad del atardecer nos remite a tal condición: sin distinción entre negros y blancos, rubios o morenos. Sólo hombre y naturaleza.

Quizás es tiempo de que nos replantiemos como género nuestra relación con la Tierra. Pese a todo el daño que le hemos causado a través de nuestros millones de años de existencia, aún posee la paciencia, sabiduría y benevolencia de regalarnos paisajes tan sobrecogedores como el Valle de la Luna. No la hagamos enojar.

4 comentarios:

Flor dijo...

Debo confesar que no leí el texto, porque la fotografía me dejó muda... es hermosa... no puedo hacer más que felicitarte

F R O G N U M dijo...

=) Gracias

Isa dijo...

Tuve la suerte de ver 2 atardeceres en el valle de la Luna este verano, de hecho la última puesta de sol del 2004 (31 de dic, como las 19pm) estuve allí, con un montón de gente más de distintos lados, todos maravillados con el espectáculo, de verdad mágico.
Paso el dato que en septiembre andaré de nuevo por San Pedro y todos esos lugares lindos, por si alguien más se anima.
Saludos
Isa

Pablo dijo...

Sin querer me encontre en tu blog y esta foto me impacto. Estuve en el Valle de la Luna en mayo por primera vez y vi el sol entrar y la luna salir. Que espectaculo. Tampoco lei el texto, la foto es suficiente, es magica e inspiradora.
Pablo