miércoles, septiembre 27, 2006

¡LA TIERRA ES REDONDA!


Fotograma 33:

"Muelle Barón"

El otro día me fui a gastar unas fotos que me quedaban al muelle Barón, a los pies de mi cerro querido. Por suerte, se me ocurrió llevar un gran angular que lo adapté a la cámara para ver qué salía del experimento. Debo confesar que los resultados me dejaron harto conforme.

Cuando veo esta imagen inmediatamente se me vino a la mente el navegante Cristóbal Colón. Recordé cuando en clases te explicaban las teorías que tenía este señor para comprobar la redondez de la tierra ... quizás si hubiese tenido una cámara fotográfica y un gran angular, le habría sido más fácil graficar sus postulados.

El efecto de alejamiento es igualmente interesante. Te da la leve sensación de estar flotando cuando las tomas son en picado y de ser pequeño como una hormiga cuando son en contrapicado.

¡Qué lugar más lindo nos han abierto al público! Los deportistas lo adorarán para ir a hacer bicicleta, patines o skate, pues son varios kilómetros de paseo costero. Los más enamorados y galanes no necesitan ir al cine para contemplar la fabulosa película que se transmite diariamente a la hora del atardecer ... y gratis.

El mar pone su cuota de tranquilidad y desconexión. Los lobos marino, la naturaleza junto a sus molestosas compañeras gaviotas. Hay espacio para todos. Un aplauso por haber convertido a este "patito feo" con cara de contenedores en un lindo cisne de cuello espigado que en forma de grúas sigue mirando airoso hacia el horizonte.


martes, septiembre 19, 2006

OJOS ROJOS


Fotograma 32:

"Marea Roja"

Sólo decir que es rico ver las cosas de otros colores de vez en cuando, le dan otro significado y emotividad a aquellos pequeños momentos que nos marcan a través de la vida ... lo que equivaldría a "darle una vuelta de tuerca" a las situaciones o problemas para mirarlos desde otra perspectiva y quizás allí encontrar la solución que tanto se busca.

Fotograma capturado desde la avenida Altamirano de Valparaíso, en una de aquellas eternas caminatas forográficas. Si logran poner atención se puede divisar el faro al centro de la toma. Me tomo un descanso para reponerme de las celebraciones dieciocheras. Suerte.


viernes, septiembre 08, 2006

SOMBRAS Y FORMAS


Fotograma 31:

"A la sombra del Pelícano"

Parecen posando, pero no lo están. Aunque me pusieran mala cara mas no me preocupaba, pues sólo me importaban sus siluetas y sus formas. El sol estaba a la altura deseada y ellos a un clic de distancia para prestarme una milésima de segundo de sus vidas.

Me gustan los contrastes fotográficos. Es similar a esos juegos en donde te solían poner sombras y siluetas para adivinar lo que era. La diferencia es que quien fabrica las figuras somos nosotros mismos y quienes las adivinan ... los que quieran en realidad.

Personalmente creo que el contraste le entrega a la fotografía un nuevo espectador, un ente que mira por delante nuestro, dejándonos en la segunda fila de esta película en papel que deseamos observar atentamente.

Este protagonista aparentemente invisible en su fondo, pero no en su forma , filtra con su espacialidad nuestra mirada y parapeta nuestras pupilas de la luz directa, permitiéndonos deconstruir una visión corriente del entorno y recomponerla a través del negro.

Esta construcción de dos hemisferios, uno de luz y otro de sombra, polariza y cierra nuestra mirada, pero a la vez abre nuestra mente. La homogeneidad del campo oscuro es aparentemente tierra infértil para nuestro ojo, pero ciertamente estimulante para la mente, ávida de componer y autocompletar una imagen presentada a medias.

Por otro lado, el hemisferio luminoso es el encargado de construir el negro, de darle vida, de hacerlo oscuro a través de la luz a cambio de ser virtualmente recortado de una realidad, por lo menos, presente en la mente del fotógrafo y plasmada en una imagen tomada de su imaginación.

domingo, septiembre 03, 2006

CALETA HORCÓN


Fotograma 30:

"El poste mirador"

Es placentero Horcón u "Horcone", como le llaman los más viejos ... vaya a saber uno porqué. Largas extensiones de playas y sinuosos roqueríos lo hacen el sitio indicado para autoexiliarse del mundo por unos días.

Carpa o cabaña ... da lo mismo, aunque personalmente prefiero la primera opción. Sentir la arena, el sonido del mar y esa paz aparentemente inquiebrantable (digo esto con justa razón, pues me ocurrió una anécdota que me demostró que tipos ruidosos pueden llegar a cualquier parte), no hacen más que invitarnos a ser un elemento más de su entorno.

Este pilar está situado en la parte alta de la playa, en una comunidad privada llamada "Los Tebos".
Si bien el acceso está restringido al público en general, se puede evadir el control con el viejo truco de tener un vecino conocido o amigo dentro del vecindario.

De las innumerables veces que e ido junto a mis amigos, nunca ha fallado el viejo y fiel "Larraín", quién aparte de arrendar unas cabañitas harto rudimentarias, vende copete clandestinamente. Si haces el esfuerzo y le compras una botella de pisco, por cara que la venda, tendrás ganada su simpatía y lealtad.

Cerca de ahí está la mítica "Playa Luna", refugio natural de nudistas y naturalistas, como se hacen llamar. Recuerdo en una ocasión haber ido a acampar con dos amigos a sus cercanías. Para nuestra sorpresa, había una suerte de pequeño encuentro entre los miembros de dicha "élite" de la cual nos invitaron a participar.

Debo reconocer que en un comienzo era bizarro. Pero el paso de las horas realmente hace que andar desnudos pase a segundo plano. Incluso, el bañarse "en pelotas" te da una sensación de libertad que no he sentido de otra manera.

Para cerrar, recuerdo que fue sentado al costado de este pilar con mi amigo personal "Korda" cuando esperábamos al resto de los expedicionarios que llegarían bordeando la playa. Durante la espera, y que no podía sino ser amenizada con una cerveza, un movimiento mal hecho hizo que mi saco de dormir rodara cerro abajo llegando hasta el mar.

Cuando ya lo había dado por perdido, justo pasaba por ahí una niña que lo recogió de manera inmediata. En un buen gesto de humanidad subió las largas escaleras enquistadas en el cerro y me lo entregó en la mano. ¿Suerte? No lo sé. Quizás sólo sea una manifestación más de la buena vibra que existe en este lugar.