viernes, junio 23, 2006

PROYECTANDO EL PAPEL


Fotograma 15:

"Cara a cara"

No es una de mis mejores imágenes. Lo sé. Pero ese es el mérito que rescato de la fotografía digital: la posibilidad de experimentar con el infalible método de prueba y error. Si a esto sumamos la creación de un ambiente completamente controlable, potencialmente podríamos obtener excelentes tomas de lo que se nos ocurra poner frente a la lente.

Personalmente me gusta el tema de las texturas. Quizás porque representa un pequeño desafío personal dentro del mundo fotográfico de quien escribe. Extender y hacer desprender del papel una tridimensionalidad que no le es propia, sin duda, es algo que no se consigue por obra y gracia del azar.

Creo haber tocado algo el tema en un posteo previo, pero ahora lo haré situándonos en otro contexto: a puertas cerradas. En fotografía el simple acto de encerrarnos nos da el privilegio de convertirnos en pequeños dioses, pues podemos controlar todo lo que en el exterior no logramos hacer.

Luces, sombras, contrastes, simplemente todo. Es increíble lo que se puede conseguir con una cámara y una buena dosis de ingenio. Nuestros principales aliados en esta aventura serán las luces, el fondo y un paraguas; los malos de turno, un flash directo y un fondo sobrepoblado por elementos innesariamente invitados.

En mi caso no cuento con paraguas, pero como dije anteriormente, a falta de pan buenas son las tortas. Recuerden que en este minutos somos dioses, por lo que la falta de algo se suple con otra cosa. Además, un flash con paraguas tiende a "suavizar" las sombras más que a remarcarlas, que es precisamente lo que buscamos.

Por lo tanto, una buena iluminación lateral o zenital es lo indicado para estos casos, siempre apuntada a "revelar" los relieves que nuestro objetivo pueda tener. El fondo también es no menor. Uno recargado con elementos innecesarios simplemente no hará más que desviar nuestro centro de atención, y restarle mérito a nuestra imagen.

Se recomienda utilizar uno de bajo perfil, casi ausente, no distractor ni relevante. De esta manera, nuestro "modelo" (he utilizado desde máscaras hasta pitufos) se lucirá con todos los honores y el garbo que se requiere para nuestra mini sesión, quizás pobretona, pero dignamente fotográfica. Ah, y si al ver los resultados y contemplarlos por un rato sienten que casi podrían acariciar las texturas contenidas en plano, lo han conseguido. ¡Ha experimentar se ha dicho!

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