Fotograma 43:
"Botas en la Caleta El Membrillo"
Cómo ha cambiado el puerto durante estos últimos años. Personalmente creo que lo ha hecho para mejor, y vaya en qué forma. Nuevos paseos, repavimentaciones, miradores recién estrenados, hasta metro "le tenemos" ... en fin, harto para mirar y redescubrir.
Es en uno de esos lugares "revisitados" donde tomé esta foto, la caleta El Membrillo, en la remozada avenida Altamirano. Hoy estos huevillos ya no existen, en su lugar hay una loza que dentro de los múltiples usos que tiene, sirve de estacionamientos para los restorantes del sector y aparcadero para algunos de los botes pesqueros.
Estos calzados abandonados representan a aquellos que alguna vez pisaron estas tierras, esos pescadores que algunas grabaron sus huellas en la arena y hoy se las ha llevado el mar y el concreto. Esos que caminan anónimos en el mar, sin olores a milagros mas el de sobrevivir en los tiempos que corren.
Quizás dónde se encuentran estas botas y zapatillas ahora. Olvidados por ahí. Podridos en otro lugar sin posibilidad de redención. Desechables como muchas de las cosas y actitudes que nos rodean hoy en día. Bienvenidos a la era del plástico, donde las pisadas se borran instantáneamente sin dejar un rastro a seguir para el futuro, al lugar donde nada se rescata de lo vivido.
Ojalá sean los menos, pero el consumo masivo de basura (en todos sus tipos), me da a entender lo contrario. Televisión digna de nada e indigna de todo, diarios y revistas ensalzando sólo inconsistencias sin sustancia ni alma, olvidando que quienes le consumen no se merecen ser rebajados a esa condición: A la de "feos" siendo testigos de cómo los "lindos" juegan en un tablero que no acepta nuevas piezas, pero sí miradas ajenas que finalmente se materialicen en arcas más llenas. Una lástima.
Personalmente, he optado por desconectarme y tomar mi cámara y observar un mundo demasiado interesante para descubrir, y no malgastar tiempo en tales futilerías, que irremediablemente nos estancarán aún más el estrecho criterio que se nos había logrado abrir tras la llegada de la alegría ... al parecer, es tiempo de estupidizar a las masas para esconder realidades turbias y desconcertantes, y mantenerlas en una idiotez sostenida y permanente.
Es en uno de esos lugares "revisitados" donde tomé esta foto, la caleta El Membrillo, en la remozada avenida Altamirano. Hoy estos huevillos ya no existen, en su lugar hay una loza que dentro de los múltiples usos que tiene, sirve de estacionamientos para los restorantes del sector y aparcadero para algunos de los botes pesqueros.
Estos calzados abandonados representan a aquellos que alguna vez pisaron estas tierras, esos pescadores que algunas grabaron sus huellas en la arena y hoy se las ha llevado el mar y el concreto. Esos que caminan anónimos en el mar, sin olores a milagros mas el de sobrevivir en los tiempos que corren.
Quizás dónde se encuentran estas botas y zapatillas ahora. Olvidados por ahí. Podridos en otro lugar sin posibilidad de redención. Desechables como muchas de las cosas y actitudes que nos rodean hoy en día. Bienvenidos a la era del plástico, donde las pisadas se borran instantáneamente sin dejar un rastro a seguir para el futuro, al lugar donde nada se rescata de lo vivido.
Ojalá sean los menos, pero el consumo masivo de basura (en todos sus tipos), me da a entender lo contrario. Televisión digna de nada e indigna de todo, diarios y revistas ensalzando sólo inconsistencias sin sustancia ni alma, olvidando que quienes le consumen no se merecen ser rebajados a esa condición: A la de "feos" siendo testigos de cómo los "lindos" juegan en un tablero que no acepta nuevas piezas, pero sí miradas ajenas que finalmente se materialicen en arcas más llenas. Una lástima.
Personalmente, he optado por desconectarme y tomar mi cámara y observar un mundo demasiado interesante para descubrir, y no malgastar tiempo en tales futilerías, que irremediablemente nos estancarán aún más el estrecho criterio que se nos había logrado abrir tras la llegada de la alegría ... al parecer, es tiempo de estupidizar a las masas para esconder realidades turbias y desconcertantes, y mantenerlas en una idiotez sostenida y permanente.
3 comentarios:
La remozada avenida Altamirano la recorrí hace un tiempo con mi ex mujer. Fue un muy lindo paseo, estaba la bruma amenazante y presente en la distancia. No podíamos ver reñaca ni Con Con, pero daba suficiente distancia para ver lo cercano, los barcos y la belleza de ese paseo amplio, frío, puramente marino, sinuoso al borde de las quebradas verdes de PLaya Ancha, encontrandose con entradas al mar, con vestigios de viejas embarcaciones. tras caminar un buen trecho, ya cuando oscurecía, encontramos un restaurant bien humilde, pero de una forma bastante particular. A mi y a mi ex nos pareció genial, pues podías sentarte a la mesa pegado a los ventanales y mirar la oscuridad profunda del mar, y el faro que iluminaba de lado a lado. Un faro. Acaso los faros no son esa imagen de teirras lejanas que cuando niños mirábamos en películas de ultramar.
Bueno, en ese paseo, en uno de los codos suaves, abajo había una pequeña playa hecha enteramente de rocas, piedras y piedrecillas. Al entrar y salir la ola, las piedrecillas y sus hermanas mayores se venían encima de la costa con un sonido increíble, un pequeño concierto que volvía a sonar una vez más a la retirada. Y así.
Un buen rato estuvimos ahí escuchando el sonido, sólo nos faltó una almohada de nubes y ponernosa dormir en el cielo, porque el suelo a esa altura estaba medio mojado y seguro era muy duro. Y bueno, seguimos caminando, que en ese tiempo era bastante parecido a recostarse en una nube.
Chao lein, que estés bien.
Hola Ale, solamente te quería felicitar por la calidad de tu blog, siempre fuiste bueno para escribir y veo que es una habilidad que sigues desarrollando con el tiempo... muy buenos posts, profundos y reflexivos, es una virtud que admiro de ti.
Navegando me encontré con el “NEGOCIOS DE BARRIO”. Por unos segundos sentado acá en mi oficina me transporte a aquella época... me vi comprando donde la cabeza de león y recordé mi origen... Me parece increíble encontrar en Internet trozos de historias que formaron parte de mi vida, es como cuando encuentro fotos antiguas perdidas en algún fotolog... me hacen recordar momentos que ni siquiera sabía que tenía guardados y me hacen pensar que toda esa maravillosa infancia que recuerdo más claramente fue aún mejor, y hay testigos que dan fe.
Por la pregunta que le hacías al checoso: ¿te acordai cuando hicimos el fuerte de piedra?...Yo si recuerdo aquel fuerte de piedra y el Computador-Sega-Atari (que prehistorico)
Creo que el resto de la tarde será más agradable…
Saludos,
Oscar.
Uhhh ... que notable. Tanto tiempo poh cabro ...
Así es como no me voy a acordar del fuerte de piedra! Si hasta fotos tengo, cuando salíamos con el doctor y la Bavaria al viento.
Que tiempos aquellos ...
Oye y cuando te apareces por estos lares. Le he dicho ene veces al Checoso que nos juntemos para "echar la talla" un rato. Harta agua ha pasado bajo el puente.
Ya pues amigazo, un abrazo y a ver si nos topamos por ahi.
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